Espacio de interacción académica musical del Colegio Heladia Mejía IED, Bogotá.
Para los grados sexto y séptimo a cargo de la Magister Marleny Méndez Daza.
Eres bienvenido a explorar este espacio de conocimiento musical, donde la música y el arte se conjugan para avanzar en el conocimiento.
Puedes ingresar por curso o preferencia, allí las actividades, lecturas, vídeos y audiciones permitirán profundizar en el conocimiento de compositores, épocas, músicas de muchos lugares del mundo.
Es importante recordar enviar tus aportes al correo, participar en clase, hacer las actividades en la bitácora y en el espacio web.
Este espacio ha sido enriquecido con el apoyo de otras plataformas que ofrecen herramientas útiles para profundizar en el aprendizaje.
Gracias por visitar y hacer uso de este espacio creado para ti.
La música, como toda manifestación artística, es un producto cultural. El fin de este arte es suscitar una experiencia Estética en el oyente, y expresar sentimientos, circunstancias, pensamientos o ideas.
El concepto de música ha ido evolucionando desde el origen en la Antigua Grecia, en que se reunía sin distinción a la Poesía, la música y la Danza como Arte unitario. Desde hace varias décadas se ha vuelto más compleja la definición de qué es y qué no es la música, ya que destacados compositores, en el marco de diversas experiencias artísticas fronterizas, han realizado obras que, si bien podrían considerarse musicales, expanden los límites de la definición de este arte.
"un total de fuerzas dispersas expresadas en un proceso sonoro que incluye: el instrumento, el instrumentista, el creador y su obra, un medio propagador y un sistema receptor".
Bienvenidos a este espacio, en donde puede seleccionar el instrumento que quieras profundizar. Aquí encontrarás instrucciones, partituras, tutoriales, entre otras cosas útiles para avanzar en el estudio personal. Lo primero será una explicación de cada familia de los instrumentos:
Instrumentos de cuerda o cordófonos
Los instrumentos de cuerda o cordófonos -según la clasificación de Sachs-Hornbostel (1914)- son aquellos que producen el sonido mediante la vibración de cuerdas, ya sea debido a que son percudidas, frotadas o pinzadas.
Los instrumentos de viento, también llamados aerófonos en la clasificación más reciente, generan sonido a través de la vibración de una columna de aire que roza con una lengüeta, los labios o las cuerdas vocales. Dentro de esta tipología de instrumentos musicales, podemos realizar una subdivisión según como se produce el timbre:
Viento-metal o metales: trompeta, trombón, bombardino, tuba, trompa. Viento-madera o maderas: clarinete, flautas, saxofón, oboe, fagot, armónica, acordeón,
Instrumentos de percusión o membranófonos
Los membranófonos o instrumentos de percusión son aquellos que suenan por la vibración de una membrana que es percutida o frotada, ya sea con la mano, unas escobillas, baquetas, etc.
Algunos son:
Tambor
Timbal
Bombo
Batería
Zambomba
Gong
Pandereta
Castañuelas
Idiófonos
Es importante destacar que este tipo de instrumentos musicales no se encuentra en la clasificación tradicional, sino que aparece en la de Hornbostel-Sachs. Se entiende por idiófonos aquellos instrumentos en los que el sonido se debe a la vibración del propio material con que se han construido, ya sea porque son percutidos, sacudidos, frotados, etc.
Aunque muchos los consideran de percusión, podríamos incluir como instrumentos idiófonos:
Xilófono
Castañuelas
Claves
Campana
Maracas
Electrófonos
Asimismo, debido a la modernización de los instrumentos musicales, en el siglo XX fue añadida otro tipo de instrumentos musicales: los electrófonos, es decir, los que generan sonidos a través de medios electrónicos.
Se trataría pues de instrumentos como en el sintetizador y el theremín, pero no se incluyen aquí la guitarra o bajo eléctricos que tan solo son instrumentos electroacústicos incluidos en los instrumentos de cuerda.
La guitarra, también conocida como guitarra clásica o guitarra española,1 es un instrumento musical de cuerda pulsada, compuesto de una caja de resonancia, un mástil sobre el que va adosado el diapasón o trastero —generalmente con un agujero acústico en el centro de la tapa (boca)—, y seis cuerdas. Sobre el diapasón van incrustados los trastes, que permiten las diferentes notas. Algunos instrumentos de su familia son el cuatro, el ukelele, el requinto, el charango y distintos tipos de guitarrón, como el guitarrón mexicano, de uso frecuente por los mariachis.
Un poco de historia:
La guitarra forma parte de la familia de los instrumentos de cuerda y se puede decir que, hoy día, es el instrumento más extendido por todo el mundo. Sus orígenes no están muy claros. Existen teorías que defienden que el instrumento antecesor de la guitarra fue introducido en España durante la invasión de los árabes en el Siglo VIII. Sin embargo, otras teorías defienden que sus orígenes se remontan hasta la época de los griegos, los cuales crearon un instrumento con cierta apariencia a la guitarra actual aunque de bordes rectos y 4 cuerdas que fue copiado y modificado por los romanos. Que posteriormente fue introducido en España por el año 400 a.C. Por otro lado existen documentos que prueban que en época de los Hititas (1.300 a.C.), ya existía un instrumento de 4 cuerdas que, además, presentaba unos bordes curvos. Y existen también indicios de la existencia de un instrumento parecido a la guitarra con lados suaves y curvos en la cultura egipcia.
Después de escuchar estos sonidos, selecciona tres de ellos e intenta imitarlos con la voz.
Ahora, con la siguiente lectura y los vídeos se realizará un acercamiento a la relación entre la música y la naturaleza.
Vamos a leer...
No pocos compositores han vertido en partituras sensaciones y pensamientos suscitados por la entrada en su sensible sentido del cielo, de la tierra, de las aguas, de los estrépitos, de los murmullos, de los silencios, de la mayor fuente de inspiración musical desde los albores creativos. Unos pretendieron simplemente describir la Naturaleza, imitando los sonidos naturales o reproduciendo el fenómeno físico-acústico; otros crearon originales sonoridades que, por efecto sinestésico, nos evocan sus paisajes. En lo natural parece hallarse la clave de la música humana, desde su primitivo significado territorial y sexual hasta el de refinamiento emocional y espiritual.
LOS PAISAJES SONOROS
Con oídos atentos podemos percatarnos de que el sonido armónico forma parte del mundo que nos ha tocado vivir. El gorjeo de los pájaros, el zumbar de las abejas, el rumor del mar, el altivo canto de las cascadas o el quejido del viento, están integrados en los ecos de nuestro entorno natural y su efecto es evidente. El estado anímico cambia fácilmente por el influjo de los naturales estímulos sonoros, de modo que uno sosiega si vienen acariciadores o se tensa cuando anuncian peligro o amenaza, como sucede con el estruendo espeluznante del huracán o el estallido poderoso de la tormenta. En una primera experiencia nos cogerán por sorpresa pero en un futuro identificaremos su contenido, de modo que el cuerpo no sufrirá los mismos sobresaltos. Sin embargo, siempre permanece en los espíritus sensibles la capacidad de asombro frente a los inextinguibles compases de la asombrosa orquesta que la Naturaleza nos brinda.
Las diferenciadas voces nacidas desde el mismo parto telúrico y de la natural evolución, indujeron a muchos músicos de diversas épocas a intentar reproducirlas artificialmente mediante instrumentos sonoros. En la música del ballet La Consagración de la Primavera, de Igor Stravinsky, tenemos la impresión de que estallaran las entrañas del planeta, por el incisivo ataque de las cuerdas, los enloquecidos metales y el furibundo percutir de los timbales; no remeda nada pero nos recuerda las imponderables fuerzas que despiertan. Por otro lado, la Sinfonía Pastoral (Sexta sinfonía) de Beethoven nos presenta la cara plácida y amable: la dulce campiña, los verdes prados, las aguas mansas, los ciervos del bosque, el piar de las aves... en un entorno de tranquilidad infinita, sólo quebrada por una efímera tormenta tras la cual retorna felizmente la atmósfera de quietud. Sublime arte de los sonidos; mucho más que simple música descriptiva.
LOS ARPEGIOS DEL MAR
Sin duda el medio natural más loado por los músicos –como los poetas– es el mar, la benefactora y temible belleza, fuente de vida y seno de muerte. El mar o la mar, que se ama y que se teme por esa inmanente dualidad subyugante; dios y diosa que alimenta los cuerpos y los espíritus que maman de sus ubres plateadas, sin dejar por ello de engullirlos. Inconmensurable matriz y gigantesco féretro de música inequívoca.
La devoción marina impulsó a Claude Debussy a componer tres esbozos sinfónicos: Del amanecer al mediodía en el mar, Juego de las olas y Diálogo del viento y el mar, recogidos bajo el título genérico y sin ambages de El mar (La Mer).
EL CANTO DE LOS PÁJAROS
Del mismo modo que afirmamos que el ambiente marino domina el espacio de la Naturaleza en la música, podemos asegurar que los animales más imitados son los pájaros, especialmente porque poseen una cualidad de la que otros seres vivos carecen. Una cualidad digna de admiración… y de emulación. Así que, asombrado con las florituras de cantores como el ruiseñor o el jilguero, el hombre primitivo intentaría en los albores de la imitación sonora reproducir sus trinos de territorialidad o de cortejo. ¿Acaso cuesta imaginar a individuos de nuestra especie, de fino oído, maravillados con los gorjeos de las aves cantoras referidas, o con los del mirlo, del reyezuelo, del pinzón o del verdecillo, pretendiendo por primera vez hacer lo mismo con sus labios o mediante primitivas flautas?
Importantes músicos se inspiraron en los alados para crear obras singulares e intentaron atrapar su canto en el pentagrama. Valgan los siguientes ejemplos representativos: la suite para orquesta Los pájaros (Gli uccelli), de Ottorino Respighi; El despertar de los pájaros (Réveil des oiseaux) para piano y orquestra y Catálogo de pájaros (Catalogue d’oiseaux) para piano.
ACORDES DE LOS BOSQUES Y DE LOS GRANDES ESPACIOS
La solemnidad de los espacios abiertos y de las umbrías vegetales se respira en la música de algunos maestros, con diferenciación de ecos y rumores. Hay un ritmo propio en las entrañas de los nórdicos bosques bretemosos y otro diferente en las refulgentes selvas tropicales. Revelan las montañas blancas su genuina voz y otra distinta, que no menor, las llanuras infinitas. Y cada particular visión de esos paisajes sonoros recrea el entorno natural que la ha imbuido de su peculiar fragancia.
La frialdad de las enormes soledades y la oscura belleza de las densas masas arbóreas palpitan en muchas composiciones sinfónicas del ya citado Jean Sibelius, tal vez de modo más sublime –descartando sus sinfonías por supuesta música pura o absoluta– en los poemas sinfónicos Tapiola y Cabalgata nocturna y amanecer; entre compases tenebrosos y resplandecientes, se entrevén las nórdicas brumas, los misteriosos bosques y la mortecina luz de Finlandia.
LAS MELODÍAS FLUVIALES
Los ríos también son elementos de la geografía física que han dado pie a la creación de espléndidas páginas musicales; la savia que nutre la tierra y que no detiene su curso hasta fundirse con la marina inmensidad, favoreciendo la vida vegetal y animal y, en consecuencia, el asentamiento humano en sus orillas, es algo que los compositores no podían ignorar. Se escuchan voces solistas y cánticos corales alternando en el curso de la armoniosa y, en ocasiones, disonante corriente. Sin detenerse, suenan, indómitos y mansamente, hasta ser abrazados por el mar, otro gran ejecutante. En un estuario sinfónico o en un delta concertante, los ríos afinan del mismo modo, fundidos en lúbrica coda terminal.
Por su difusión y excelencia sonora, dos obras musicales dedicadas a ríos toman un lugar de privilegio: El bello Danubio azul (An der schönen blauen Donau), uno de los más famosos valses de Johann Strauss, que reiterado cada nuevo año ya forma parte del acervo musical común, y El Moldava (Vltava), de Bedrich Smetana, una fascinante descripción sinfónica del río que atraviesa las tierras de Bohemia y Moravia, en la República checa, sonoramente pintado desde su nacimiento en las montañas hasta su majestuosa llegada a Praga.